lunes, 30 de agosto de 2010

Paquita y Norman

Queridas almas nocturnas: gracias por vuestra preocupación por Paquita.
Amelia se muestra algo escandalizada por el asunto, porque recibió la noticia mientras ordenaba sus fotos de Tierra Santa. No obstante se compadece de Paquita y apunta la necesidad de meter en una ducha de agua helada al pobre hombre (mi querida Amelia, la ducha tendría que ser constante, porque en cuanto lo sacaras volvería a las andadas, y si no lo sacas, lo mandarías directamente al mismo infierno). Pero sugiere algo sumamente interesante: la posibilidad de que yo herede a su padre por haberla consolado y haberla librado de él.
Julia abre un abanico de posibilidades para su padre:

1) Dejarlo abandonado en el parque.
2) Sacarle el dinero de la cuenta corriente.

3) Tenerlo todo el día drogado.
4) Buscarle un novio a Paquita.
Además dice que ella se acuesta a una hora decente y reza sus oraciones, mientras yo me dedico a asuntos indignos. Y termina su correo con el grito de: Viva el amor paternal!
Gracias a las dos. Pero la historia ha experimentado un cambio sorprendente. Hoy he pasado el día con Paquita y Norman.
Esta mañana Paquita ha acudido desolada al autobús que nos iba a llevar de viaje y ha confirmado lo que todos ya sospechábamos: su padre se ha comprado la muñeca cara! No ha habido consuelo para ella durante toda la mañana. Todos hemos procurado no dejarla sola. Pero a la hora de la comida, en esa licenciosa hora de los despistes, nos hemos olvidado de ella. Hasta que alguien ha preguntado: ¿Dónde está Paquita?. Horrorizados, nos hemos lanzado a buscarla por todo Vilafamés, subiendo esas escarpadas cuestas, con la "olla" tan reciente. Y cuando estábamos llegando al castillo la hemos visto en el borde del abismo a punto de saltar. Y entonces ha aparecido Norman (sí Julia, nuestro Norman, tendrías que haberlo visto: qué arrojo! qué hombre!). Este notable pintor, en una acción intrépida, se ha lanzado valientemente a rescatarla. Se ha acercado hasta el borde y la ha cogido entre sus brazos (qué orgullosa te sentirías, Julia).
Norman estaba tan radiante que se ha puesto a cantar "Je chante" de Charles Trenet. Y es que era el mismo Trenet, cantaba como si no hubiera hecho otra cosa en toda su vida. Paquita lo miraba sorprendida. Y allí mismo nacía un idilio, al borde mismo del abismo.
Todos los del grupo estábamos felices. Pero también pensamos otro final feliz. Norman, como es sabido, vivía con su madre. ¿Por qué no pensar...? La madre de Norman no está para muchos trotes y el padre de Paquita trota demasiado... La solución sería tan equilibrante...
Una luz de esperanza ha surgido en Vilafamés. ¿Dejará el padre de Paquita su nueva muñeca por la madre de Norman?



Charles Trenet - Je Chante.mp3PS: Adivinad en menos de 30 segundos en qué famosa película de extravíos y desierto suena la canción que tan magnificamente ha interpretado Norman en Vilafamés.


http://www.youtube.com/watch?v=iLI_svmcGvQ








 

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