lunes, 11 de junio de 2012

Para no morir de asco




Frans Hals. Tañedor de laúd


 "Si nos pinchan, ¿no sangramos?, si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos?, si nos envenenan, ¿no nos morimos?, y si nos humillan, ¿no nos vengaremos?".

W. Shakespeare, El mercader de Venecia.

Que esto no puede seguir así lo supe el día que decidí ir a un terapeuta. Es que hasta el homo erectus fue más rápido en alcanzar la verticalidad que yo. Era un pequeño paso para la humanidad pero un gran paso para mí. Así que elegí uno que no me viniera con muchos rollos y me fui hasta él. Le dije:
-- No puedo más, no hay nada de nada que me haga ilusión. Si le digo la verdad, el mundo me parece una mierda, por decirlo de una forma suave.
-- ¿Le gusta la televisión?
-- Nada de nada.
-- No, se lo decía por la cosa del fútbol. Ahora mucha gente que está en su situación se alivia con el fútbol y si encima gana la roja, el alivio es mayor. Pero si no le gusta el fútbol, lo tiene difícil.
-- Es que no sólo me aburre, sino que hasta me da asco, se pasan el tiempo escupiendo y sodomizándose.
El terapeuta se sonrojó,  quiero pensar que probablemente lo hizo porque le gustaba el fútbol.
Seguimos  hablando, se interesó por mis aficiones hasta que me dijo que lo mejor para salir de mi horizontalidad sería hacer un plan de conducta, cosas que debería hacer y cosas que debería evitar, una lista abierta para que poco a poco pudiera ir añadiendo cosas.
Con sinceridad, la terapia me va estupendamente. No voy a contar todo lo que me dijo, pero sí algunas cosillas:

Evitar:
Todos los informativos, de la televisión o de la radio o de la prensa. 
Mencionar y escuchar palabras tales como: recorte, rescate, banco, prima de riesgo y una larguísima lista que incluye un montón de nombres propios que no voy a decir para no ofender.
Casi toda la literatura, especialmente la rusa, la tragedia griega (especialmente), Coetzee, Bernhard... Para qué seguir, casi todo lo que me gusta. 
Casi toda la pintura, con especial atención al expresionismo, tanto al figurativo como al abstracto.

Hacer:
Concentración, meditación, relajación.
Ver y escuchar el dulce trino de los hermanos pajaritos, dibujar árboles y  pintar nubes.
Ver todos los cuadros del estupendo y elegre pintor Frans Hals una y otra vez.
Leer el Diccionario de las artes de Félix de Azúa, también una y otra vez. Leer a Chesterton.
Escuchar valsecillos vieneses, incluso me dio una lista de música de Vivaldi.
Al levantarme todas las mañanas, abrir la ventana, salir al balcón, saludar al hermano sol tarareando la canción Good morning starshine en la versión de Oliver.
Y más cosas, muchas más, mi lista se hace cada día más grande. Y así, poco a poco he vuelto a recuperar mi verticalidad perdida.






No hay comentarios:

Publicar un comentario