Kandinsky: Composición nº7 |
"Era una pintura de inaudita belleza, de la que emanaba un fulgor íntimo. Permanecí unos minutos extático y luego avancé a zancadas hacia aquella misteriosa tela sobre la que sólo alcanzaba a ver formas y colores sin motivo ni tema. de pronto se resolvió el enigma: era uno de mis últimos trabajos, pero no estaba derecho; había quedado apoyado contra la pared sobre uno de los lados".
Kandinsky: Mirada retrospectiva
Kandinsky, que era un gran pintor, volvió a su estudio cansado y se quedó totalmente flipado de un cuadro que le parecía bellísimo sin reconocer que era uno de los suyos, sólo que torcido. Tuvo una especie de experiencia religiosa y empezó a ver los colores como protagonistas y a ejercer largas meditaciones sobre lo que le estaba ocurriendo.
"Las sensaciones que me proporcionan los colores sobre la paleta o en los tubos, los cuales se asemejan a hombrecillos de irrelevante apariencia pero poderoso intelecto, capaces de mostrar su fuerza oculta cuando es preciso, esas sensaciones, digo, son puras experiencias espirituales".
Kandinsky: De lo espiritual en el arte.
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