domingo, 4 de diciembre de 2011

Una bella historia

Ruskin Bond


Un ciego viaja solo en un tren. En una estación sube una joven que supone hermosa por su voz. No quiere que la joven sepa que es ciego y se oculta tras unas grandes gafas. Tienen una conversación animada. El ciego, a medida que transcurre la conversación, va enamorándose de la chica y se la va imaginando bella. Intuye que a ella le pasa lo mismo y alcanzan una entrañable relación. Él le va describiendo el paisaje que se imagina. Ella lo escucha con mucha atención. De pronto se da cuenta de que debe bajar en la próxima estación. Se despiden y se besan. Él se queda muy triste y lamenta su falta de coraje por no haberle dicho la verdad.
Sube un nuevo pasajero y entra al compartimento del ciego. Después de saludarlo, le dice:
--Lo lamento, ha salido usted perdiendo con el cambio, la muchacha que acaba de bajar era maravillosa, aunque es una lástima...
-- ¿Por qué dice que es una lástima?
-- ¿Es que no se dio cuenta usted? La joven era ciega.


La historia es de Ruskin Bond, un escritor que vive cerca de los Himalayas, en una humilde casa. 


Shostakovich: Tea for two 

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