lunes, 24 de junio de 2013

Soneto



 
Karenina - Árbol tirando a Mondrian


 España es un país de poetas y Juan Ramón Jiménez ha sido uno de los grandes. Premio Nobel de Literatura, anduvo en el exilio. Las depresiones y las mujeres no le fueron ajenas. Murió Zenobia, su esposa, cuando le dieron el Nobel y al cabo de dos años murió él. De su extensa obra poética baste un ejemplo con este maravilloso soneto.


Estaba yo echado en la tierra, enfrente
del infinito campo de Castilla, 
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
de su entraña partida honradamente.

Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno;
 
a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.

Juan Ramón Jiménez, Sonetos espirituales, Octubre.





 

No hay comentarios:

Publicar un comentario