domingo, 16 de junio de 2013

Historia de Sixto




Sixto Rodríguez


Hay historias increíbles y esta es una de ellas. La de un joven, hijo de inmigrantes, que vivía en Detroit. Quería ser músico y, al parecer, no le faltaba talento. Pero su música no llegó a tener éxito en EEUU. Dejó la música y se dedicó a la construcción, era albañil, y a estudiar filosofía. Sus compañeros de curro decían que era un raro albañil: vestía de forma elegante, hablaba de una manera culta, era muy educado (lo siento por los albañiles, pero lo decían sus mismos compañeros). Desapareció como músico, las compañías discográficas no querían saber nada de él.
Un joven norteamericano viajó a Sudáfrica a ver a su novia estudiante. Le llevó como regalo un disco o cassette que había encontrado por ahí. Así entró Sixto en la fama pues sus canciones se convirtieron en símbolo de la lucha contra el appartheid. Pero Sixto no se enteró, las compañías discográficas sudafricanas no le dieron ni un céntimo.
Un día, un tipo relacionado con la música visitó Sudáfrica y escuchó al músico desconocido. Preguntó quién era y de este modo inició una búsqueda para dar con el mexicano. Unos decían que se había suicidado, otros que había muerto en accidente... Hasta que dieron con él. Vivía en su casa de siempre en Detroit y se dedicaba a la albañilería.
Es lo que hay. Esa parece que ha sido la estoica frase que este músico desconocido hasta hace poco ha ido repitiéndose como una constante en su vida. Aceptó su destino fuera de lo que más le gustaba. Hasta que Malik Bendjelloul hizo un documental, Searching for sugar man, que se llevó el oscar al mejor corto musical. Y así el mundo conoció al impasible Sixto. Pero ya con 70 hay que tener cuidado, que a todos no le pasa lo que a Keith Richards, que se cayó de un cocotero, se abrió la cabeza y como si no pasara nada, que los Rolling siguen, a pesar de todo lo que se han metido entre pecho y espalda, que hay que tener cuidado con los achaques.
Y esto me lleva a pensar en el talento, en los genios que habrán tirado el suyo por la basura y en los que, a pesar del talento , el trabajo y la obra creada, nunca serán conocidos por eso de no estar en el lugar adecuado en el momento adecuado o bien porque no les ha dado la gana que se conociera.

Sixto Rodriguez - Sugar man 

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