sábado, 28 de enero de 2012

La coma




Julio Cortázar escribía:

"La coma, esa puerta giratoria del pensamiento".


Lean y analicen la siguiente frase:

"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda".


Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.
Si usted es varón, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.

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Desde luego hay que tener mucho ojo con los signos de puntuación. Recuerdo a un profesor de lengua que decía en sus clases:
- Cuidado, que no saben ustedes puntuar. No es lo mismo decir:

- ¡Señor! ¡Muerto está! ¡Tarde llegamos!
Que:
- Señor muerto, esta tarde llegamos.
De modo que ojo avizor.


Etta James: At last  

2 comentarios:

  1. Ja, ja, ja, es buenísimo. Pues sí que tenemos que tener cuidado en dónde poner la coma, sobre todo si nos va la vida en ello. En su libro “Perdón, imposible” José Antonio Millán cuenta una anécdota atribuida a Carlos V. Al emperador se le pasó a la firma una sentencia que decía: Perdón imposible, que cumpla su condena. Parece que al monarca le ganó su magnanimidad y antes de firmarla movió la coma de sitio: Perdón, imposible que cumpla su condena. Y de ese modo alguien salvó su vida gracias a una coma.

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  2. Pues a mí me resultan inquietantes los signos de admiración. Cuando me los ponen en un correo, me da la sensación de que el otro está mosqueado. Incluso si dicen: ¡¡besos!! me parece que me los mandan de coña o que me los lanzan con catapulta... La verdad es que procuro evitarlos para no herir susceptibilidades.

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