domingo, 2 de junio de 2013

Una de Camus



 
Karenina - Crepúsculo



Sin duda alguna Camus es uno de mis escritores preferidos. Lo admiro como intelectual y como persona. Pero desde luego no era la alegría de la huerta, pesimista donde los hubiera. ¿Había motivos para el pesimismo? Después de la segunda guerra y los campos de exterminio, después de la mayor crueldad que se ha vertido sobre el mundo, los había de sobra. Como muestra un texto de una de sus obras fundamentales:

"Durante todos los días de una vida sin brillo, el tiempo nos lleva con él. Pero siempre llega un momento en que es necesario que lo llevemos con nosotros. Vivimos mirando al provenir: "mañana", "más tarde", "cuando te hayas situado", "con la edad lo comprenderás". Estas inconsecuencias son admirables, porque, a fin de cuentas, se trata de morir. Un día llega, sin embargo, en que un hombre constata o dice que tiene treinta años. Así afirma su juventud. Pero, a la vez, se sitúa con relación al tiempo. Ocupa en él su lugar. Reconoce estar en cierto momento de una curva que confiesa deber recorrer. Pertenece al tiempo y, sobrecogido por el horror, reconoce en él a su peor enemigo. Mañana, deseaba el mañana, cuando todo en él hubiera debido rechazarlo. Esta rebeldía de la carne, es el absurdo.
Un grado más bajo está la extrañeza: uno se da cuenta de que el mundo es "espeso", entrevé hasta qué punto una piedra le es extraña, le es irreductible, con qué intensidad la naturaleza, un paisaje, puede negarnos. En el fondo de toda belleza se aloja algo de inhumano, y esas colinas, la dulzura del cielo, esos dibujos de árboles, he aquí que pierden de súbito el ilusorio sentido con que los revestíamos quedando en adelante más lejos de un paraíso perdido. La hostilidad primitiva del  mundo, a través de los milenios, remonta hacia nosotros . Por un segundo, no lo comprendemos, porque durante siglos sólo hemos comprendido en él las figuras y los dibujos que previamente le pusimos, porque en adelante nos faltan las fuerzas para usar de este artificio. El mundo se nos escapa porque vuelve a ser él mismo. Estos decorados que la costumbre enmascaró vuelven a ser lo que son. Se alejan de nosotros. Igual que hay días en que bajo el rostro familiar de una mujer uno encuentra como extraña a la que amó meses o años atrás, quizá lleguemos a desear hasta lo que de repente nos deja tan solos. Pero ese tiempo aún no ha llegado. Una sola cosa: este espesor y esta extrañeza del mundo es el absurdo".

A. Camus, El mito de Sísifo. El hombre rebelde.

Pues sí, la vida es absurda, pero me gusta el decorado.

Billie Holiday - Lady sings the blues 



1 comentario:

  1. En el fondo de toda belleza se aloja algo de inhumano.

    Desde luego, algo inhumano se aloja en ese hermosísimo crepúsculo que precede al texto.
    Un abrazo.

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