domingo, 17 de julio de 2011

Éxtasis en la ciudad

Leonardo: La dama del armiño
La cosa no puede pintar mejor. La baronesa apuesta siempre a caballo ganador y Antonio López es hoy un caballo ganador. Lejos de aquellos años de silencio y menosprecio, el tiempo ha consagrado al pintor y lo ha convertido en cotizado y deseado. Hace 17 años costó que le organizaran una exposición en el Centro Reina Sofía, decían que para pintar así ya estaba la fotografía, que era necesario seguir los caminos de la abstracción. Y así se le vilipendió y se le negó el acceso a los museos de arte contemporáneos. Antonio López nunca utilizó la fotografía como hacen tantos y han hecho. Su cámara es la minuciosidad, la búsqueda de la luz, el trabajo, el trabajo, el trabajo... De lejos sus cuadros parece que copien la realidad. Cuando nos aproximamos los vemos con manchas trazadas como con descuido... Algunos los muestra con gotazos e inacabados. Y no me refiero a los que se muestran en esta exposiciñon de la Gran Vía, que ahí se nota que están manifiestamente inacabados y colgados para que podamos apreciar su trabajo de creación. Lo malo de todo: la multitud, esperar una cola y ver cada cuadro entre un montón de gente. A mí lo que de verdad me molaría es ver su paleta en el momento mismo de la pintura. Lo veo minucioso, pero no hiperrealista como dicen, ni siquiera lo veo realista. Antes sí, cuando aquella exposición del 93, cuando lo tachaban de realista como si fuera un insulto. A mí ya me gustaba entonces y me sigue gustando ahora.
En el Prado sorpresa y eso es difícil porque casi nunca me sorprende, allí se va sobre seguro, como en las exposiciones temporales de la baronesa. El Prado permanente es nuestra gloria, pero el temporal a veces...
P. e. Ribera el joven, no me aporta nada nuevo, a pesar de ser uno de mis pintores favoritos. Sorpresa en la de No sólo Goya, que va sobre adquisiciones del museo de dibujos. Estupenda, una delicia.
Y la mayor sorpresa es la dedicada al paisaje, Roma. Naturaleza e ideal. Exquisita toda, pero con deleite especial en las numerosas obras de Claudio de Lorena. El pintor de atmósferas mágicas que a veces pueden contemplarse en la naturaleza. Un paisajista excelente, delicado... Naturaleza y cultura, a veces la atmósfera pintada es más gozosa que la real.  En una semana he apreciado un par de atardeceres con esa luz que tan bien crea y recrea el de Lorena. Aún recuerdo la exposición que organizó el Prado el verano pasado, Turner y los maestros. Cuadros del joven Turner junto a los grandes pintores a los que imitaba. Me daba la sensación de que la exposición podría haberse titulado: Los Maestros contra Turner, porque no había comparación entre un Turner y un Claudio de Lorena, qué bueno el francés y qué ramplón el inglés, claro que Turner estaba aprendiendo como yo ahora y ante el fracaso te puedes dar a la bebida o hacerte pionero de la abstracción como el inglés... Chapeau, monsieur Claude!. Una exposición abundante en cuadros y escasa de público. Para gozar a lo grande.
En el Palacio Real pintura dedicada al patrimonio artístico polaco, entre las destacables La dama del armiño de Leonardo, La niña en un marco de Rembrandt y un par de cuadros del maestro de las medias figuras femeninas. Una grandísima gozada, para entrar en éxtasis. 
Es muy loable el trabajo que viene haciendo la Fundación Mapfre. Exposiciones perfectamente seleccionadas y, excepto un par de veces, con poca gente, especialmente ésta dedicada al bello mundo del dibujo, La mano con lápiz, muy interesante. 
En la misma Fundación, también pueden contemplarse fotografías de Eugène Atget del viejo París.
Creo que hay que volver a verlo todo y recrearse y regodearse en la creatividad humana.




Claudio de Lorena: El arcángel Rafael y Tobías
El arcángel Rafael y Tobías (detalle)


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