jueves, 21 de abril de 2011

Actualidad de Ionesco



Durero: Rinoceronte


El tal Cide Hamete, que otras veces adquiere el nombre de Pierre Menard y que adora tanto la ficción como el ensayo, bajo el título Actualidad de Ionesco, me envía esta miscelánea sandunguera...


  Dos alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria presencian, en el teatro romano de Sagunto, una representación teatral de Edipo Rey. En ningún momento se quitan los pinganillos que cuelgan de la oreja.

Un grupo de estudiantes de Bachillerato va a Almagro para recorrer la ruta cervantina y asistir a una función de teatro clásico. La noche en que llegan a la población, tras instalarse y cenar en un hotel a medio kilómetro de la Plaza Mayor, ninguno siente la necesidad de visitarla. Velan armas para la apoteósica noche de las habitaciones (carreras, portazos y holgado camarote de los hermanos Marx), sin dormir, ni dejar dormir a nadie.

Se me cuenta que en un viaje a Italia de alumnos preuniversitarios el mayor interés, al llegar a las ciudades –Florencia, Venecia-, consistía en visitar las tiendas conocidas: Zara, Benetton... En la cola que conduce al Duomo las protestas eran insistentes (“¿para qué nos traen aquí?”). Finalmente, el diezmado grupo que entró en la Catedral se fue dispersando hasta dejar a la profesora sola con el guía. Por la noche, en las habitaciones (la noche de las habitaciones), hacían el “submarino”: encerrarse en un armario a fumar canutos, para que no se pierda residuo alguno y el humo concentrado los coloque más.

Fuera del contexto escolar, en la consulta de mi médico de cabecera, mientras esperamos el turno, contemplamos reportajes del canal Viajar. Hay uno sobre Jamaica. Sale un músico rastafari, con sus cabellos trenzados, que habla de Bob Marley y la peculiar “filosofía” de vida que comparten. Una señora comenta a mi lado con total seriedad: “Parece un mono”. Luego sentencia: “Viajar está muy bien. Pero eso de ir tan lejos... pudiéndolo ver en la tele.”

Rinocerontes, de Ionesco, me parece una de las obras más proféticas del siglo XX. ¿Hasta cuándo podremos resistir sin capitular?

En serio, querido, no me lo puedo de creer...Y a mí eso de Italia que va y me suena...

Bobby McFerrin: Don't worry be happy 


Bob Marley: No woman no cry


Ionesco






















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