viernes, 3 de diciembre de 2010

Balneario







Un balneario o algo parecido es lo que hace falta después de una reforma, algo que te repare, que te devuelva tu ser primigenio. Es que no puede ser... ¿Habrá algún lugar en el mundo donde chacun fait son métier? Algo bueno, algo noble, algo simple. No es pedir mucho, como decía Camus: Que chacun fait son métier (me encanta repetirlo, me encanta repetirlo). ¿Cómo es posible que el mundo siga funcionando a pesar de todo? A pesar de tanto...
En serio, lo que os voy a contar es verdad, completamente verdad.
Una mujer encargó una puerta blindada con una mirilla. La señora era muy bajita pero no lo tuvieron en cuenta y le pusieron la mirilla estándar. Lógicamente una vez puesta la puerta la     mujer advirtió que no podía ver quién llamaba porque no alcanzaba . La respuesta que le dieron fue:
-- Señora, póngase usted un taburete y cuando llamen se sube usted y así alcanza. No vamos a hacer puertas de todas las tallas.
La mujer reclamó, pero no le quedó más que acudir a otros carpinteros para que le arreglaran el entuerto.
Otra mujer hizo una reforma y pidió que le sacaran el contador del gas fuera de la cocina, al deslunado. Después de instalado advirtió que no llegaba a la llave de paso del agua porque se lo habían tapado con el contador. Protestó y le dijeron.
-- Señora, sí que se llega, ¿no ve que yo llego? Si no alcanza usted, súbase a la bancada. De todas formas la llave de paso del agua sólo la utilizan los profesionales, ¿qué más le da a usted?
Otra mujer también hizo reforma. Lo encargó todo a un contratista para no preocuparse y ella alquiló otra casa por un par de meses. La tuvieron año y medio y el resultado fue una auténtica catástrofe, de hecho lleva preocupándose cinco años porque el asunto terminó en los tribunales. Una de las muchas cosas que le pasó fue que al tirar de la cisterna por el retrete salía agua caliente. Esta anécdota fue muy comentada y alguien dijo para más recochineo: ¿y cómo pudo saber que salía agua caliente?
Yo misma, sin ir más lejos, sufro diariamente desde no sé cuándo semejantes infortunios. Hoy mismamente han venido unos jóvenes y atractivos cristaleros a ponerme el climalit. Estaba yo absorta contemplando la graciosa figura trasera de uno de ellos que era talmente Piqué (qué donosura, qué gracejo, cómo trabajaba dans la fenêtre, hacía mucho tiempo que no había visto algo igual) cuando de pronto oigo su voz que me dice (estaba de espaldas):
-- Señora, esto ya está. Procure no abrir hoy las ventanas, es por la silicona que tiene que secar bien.
Mientras decía esto, cerraba las ventanas y ¿qué diréis que ha pasado? Pues que el Piqué se me oscurecía. Creí que estaba sufriendo un desvanecimiento a causa de la seducción, pero no, queridos, es que estaba llegando la noche oscura, no la del alma, sino la de la casa y, bueno, puede que también del alma, querido Juan de Yepes, también la del alma.
-- ¿Qué significa esto? le he dicho al adonis.
-- ¿Qué?
--¿Qué va a ser? La oscuridad...
-- Es sólo una sensación, señora. No está oscuro, es que se las hemos puesto de reflectasol y como son dobles, le da a usted la sensación de que son oscuras, pero sólo es una sensación.
-- Pero yo las quiero normales, de las que entra la luz.
-- Señora, si le pusiéramos de esas se le quemarían las cortinas en uno o dos años a causa del sol.
No sigo, queridos, lo que viene a continuación ya es mejor no ponerlo, no es de buen gusto.
Bendito Camus, que chacun fait son métier...


Petula Clark: Chariot


Colifatos del mundo, uníos.

Viva Radio la Colifata













1 comentario:

  1. Esta es una de las veces en que el sentido del humor es necesario. Y es que es fácil contar chistes o situaciones cómicas con las reformas, no hace falta inventar nada, sólo contando la realidad se supera cualquier ficción.
    Dice el diccionario que “chapuzas” es la persona que lleva a cabo chapuzas y “chapuza” es:
    1. f. Obra o labor de poca importancia.
    2. f. Obra hecha sin arte ni esmero.
    3. f. Méx. estafa (‖ acción y efecto de estafar).

    Vaya, parece que en Méjico sí llaman a las cosas por su nombre. Pero siempre nos queda el humor para sobrellevar tanto desvarío. Y ahora sólo faltaban los controladores aéreos….. ¡País!

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