martes, 12 de octubre de 2010

Hablando claro




  Es que cada vez me conciencio más de que hay que hablar claro porque tenemos muchos problemas por no hacerlo. Sin ir más lejos el otro día dije "sus partes". Vaya con el término, ¡es tan equívoco...! Sus partes son los pies, las orejas los ojos, etc. Es que entre el emisor y el receptor ¡hay tanto intermediario! De modo que es necesario hablar claro incluso para la vida. Que no le pase a nadie como a un conocido mío que ha estado en mucho peligro por el pudor de su cuñada. Ésta fue al médico para decirle que tenía que visitar a su cuñado que se encontraba muy mal porque tenía un problema en esa parte. Pero no le salía el nombre fino y le dijo al médico con mucho rubor que su cuñado tenía un problema en un botón. El médico la miró flipando, pensando que con él no iba la cosa. Mientras lo pensaba, miraba y repasaba los botones de su camisa. "Qué peculiar", pensaba.
-- Bueno, pues no sé qué decirle señora.
La mujer se echó a llorar y le dijo: 
-- Es que aquí llamamos botón a eso de los hombres.
Y entonces al médico le vino una iluminación súbita y lo captó, pero fue mayormente por el llanto más que por el léxico.
Así que si uno no se acuerda, por los nervios, de la palabra "testículos", pues dice "cojones" que lo entiende todo el mundo (incluso un médico) y además salva una vida.
Y, por el contrario, otra señora fue al médico y le espetó que le dolía el pene. El médico, flipadísimo, dijo que no la entendía. La mujer repetía lo mismo:
-- Doctor, me duele el pene, y se señalaba el pie.
El médico no decía nada y ni siquiera podía reírse de lo alucinado que estaba. Hasta que captó que la mujer quería decir el empeine. Procuró (ella que era de pueblo de siempre) aprenderse una palabra en finolis para quedar bien con el médico. Ante eso, es mejor de toda la vida decir "pie" que es más sencillo y no das motivo a la confusión, que nadie tiene que saber si eres un travesti o no.


Alaska y Dinarama: Ni tú ni nadie 

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