Karenina- Nubes |
Tan particular como poco ejemplar fue la pelea que mantuvieron Quevedo y Góngora. Se dijeron de todo los dos poetas geniales de la literatura española, de lengua sarcástica y cruel. Como ejemplo baste el soneto que le dedicó Quevedo al poeta cordobés:
SONETO A GÓNGORA
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;
apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.
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