sábado, 16 de febrero de 2013

Un poemilla para la vidilla



Rothko


San Juan de la Cruz nació en Fontiveros (Ávila) el 24 de Junio de 1542 y murió en Úbeda (bella ciudad, afirmo) el 14 de Diciembre de 1591. 
Pocos años, pero intensos, de una vida consagrada a la espiritualidad. Muchas dificultades en el camino, llegando a ser perseguido y alcanzar la prisión (que ahora y aquí nadie alcanza por muy malhechor que sea). Conoció y se relacionó con Santa Teresa. Vaya pareja.
Su poesía está inflamada de arrebatos místicos. Un ejemplo es esta bellísima noche oscura, poesía de altos vuelos.


NOCHE OSCURA

En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada, 
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa, 
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía, 
adonde me esperaba
quien bien yo me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.



Eva Cassidy - Over the rainbow 


 

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