Qué difícil es salir a la calle en época de elecciones (en chino). Además del plus de los pajaritos, cuando menos te lo esperas te sale de detrás de un árbol, en plan gabardina, un candidato que amenaza mostrarte todo su plan electoral en menos que canta un gallo. Vas por la calle y ves al personal que anda metido en tribulaciones con su margarita en la mano.
También yo ando metida en mis tribulaciones, que queda poco y una no sabe a qué atenerse.
El buzón se llena de papeletas en un derroche de papel (la de árboles que se talarán). Las papeletas están llenas de nombres que, o no me gustan, o no conozco.
Sueño con que llegue algún día que nos la ofrezcan en blanco y nos permitan apuntar a los que consideramos mejores. Ese sueño me ilusiona. No tendría duda en apuntar en primer lugar a Albert (Barniol). Es inimaginable el bien que haría a la población: a) por un lado no resiste comparación con ningún otro candidato (os imagináis todo el día como el tiempo, pero sin el tiempo, en plan eterno...), b) es sobrio, austero, le bastan unos simples vaqueros y eso es justa prueba de que no se nos va a corromper por más que le ofrezcan trajes y trajes pijos, no se nos va a meter en ninguna trama y c) estoy más que segura de que pondría en manos de la comunidad todo su paquete de medidas para salir de este pozo de amargura en el que nos hallamos.
Al final, como siempre, la urna, el voto y salir llorando, y buscar un rinconcito donde refugiarte, porque acabas de tirar los sueños a la papelera con los mocos.Recuerdo mi sueño parisino de la Comuna colifata. Como la cosa parece que se presenta jodida, siempre nos va a quedar nuestra comuna, la de todos los colifatos que quieran aprender a vivir de otra manera. Así, a pesar del negro resultado que se avecina, nos queda un sueño que podemos compartir. Aquello del jardín, el huerto, la granja y la risa. Además de las columnas para el retiro y los árboles para la meditación y los pajaritos civilizados.
También yo ando metida en mis tribulaciones, que queda poco y una no sabe a qué atenerse.
El buzón se llena de papeletas en un derroche de papel (la de árboles que se talarán). Las papeletas están llenas de nombres que, o no me gustan, o no conozco.
Sueño con que llegue algún día que nos la ofrezcan en blanco y nos permitan apuntar a los que consideramos mejores. Ese sueño me ilusiona. No tendría duda en apuntar en primer lugar a Albert (Barniol). Es inimaginable el bien que haría a la población: a) por un lado no resiste comparación con ningún otro candidato (os imagináis todo el día como el tiempo, pero sin el tiempo, en plan eterno...), b) es sobrio, austero, le bastan unos simples vaqueros y eso es justa prueba de que no se nos va a corromper por más que le ofrezcan trajes y trajes pijos, no se nos va a meter en ninguna trama y c) estoy más que segura de que pondría en manos de la comunidad todo su paquete de medidas para salir de este pozo de amargura en el que nos hallamos.
Al final, como siempre, la urna, el voto y salir llorando, y buscar un rinconcito donde refugiarte, porque acabas de tirar los sueños a la papelera con los mocos.Recuerdo mi sueño parisino de la Comuna colifata. Como la cosa parece que se presenta jodida, siempre nos va a quedar nuestra comuna, la de todos los colifatos que quieran aprender a vivir de otra manera. Así, a pesar del negro resultado que se avecina, nos queda un sueño que podemos compartir. Aquello del jardín, el huerto, la granja y la risa. Además de las columnas para el retiro y los árboles para la meditación y los pajaritos civilizados.
Que chacun fait son métier, cada uno lo que mejor se le dé. Ejemplo: yo soy experta en borrar, afilar lápices y carboncillos, pues haría eso en mis horas de curro. A quien se le dé bien otra cosa pues que la haga. Sobre todo necesitamos gente que nos haga reír, no habrá problema porque también tenemos. Si es que tenemos de todo, sólo hay que dar el pasito, que es un gran paso para la humanidad.
Mientras pensáis estas cosas os envío un vídeo de cuando estuve en Los Ángeles,en la gala de estos superfenómenos y me quedé enganchada de la cosa lumbar a causa del bailongo (es que se me van los pies chaque fois que los escucho y allí me pasó en directo, tuve que salir en una ambulancia y desde entonces ando en la ruina porque se me fue toda la pasta en el hospital porque allí si no pagas lo tienes claro). Os dejo con el espectáculo y que os sea leve por lo que se nos viene encima.
¡Colifatos del mundo, uníos!
¡Viva la Comuna colifata!
¡No a la guerra! ¡No a las guerras!
¡Colifatos del mundo, uníos!
¡Viva la Comuna colifata!
¡No a la guerra! ¡No a las guerras!
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