domingo, 31 de marzo de 2013

Carta a un profesor


Federico Nietzsche

Esta es la carta que Nietzsche escribió a Burckhardt quien se la mostró a Overbeck. Alarmados y afectados ambos, Overbeck se dirigió a Turín al encuentro del amigo y se lo llevó a una clínica de Basilea. Es ya el comienzo del fin, que tuvo lugar en 1900. 
André Breton incluyó la carta en su Antología del humor negro. Humor sí, aunque delirante, rozando ya los límites. He aquí la carta:


Turín, 6 de enero 1889


Querido señor profesor:

Seguro que preferiría ser profesor en Basilea que Dios; pero no me he atrevido a llevar mi egoísmo privado hasta el punto de abandonar la creación del mundo. Usted dice que deben hacer sacrificios, vívase en el lugar y en la manera en que se viva. Pero me he reservado un pequeño cuarto de estudiante que está situado frente al Palacio Carignan (donde nací bajo el nombre de Víctor-Emmanuel), y que me permite además oír desde mi mesa de trabajo la magnífica música que tocan debajo de mí, en la Galería Subalpina. Pago 25 francos, servicio incluido, preparo mi té y yo mismo hago mis compras, sufro por tener los zapatos rotos y agradezco al cielo cada instante del viejo mundo, frente al cual los hombres no se han mostrado bastante sencillos y bastante tranquilos. Como estoy condenado a distraer la próxima eternidad con bromas descabelladas, tengo una nueva manera de escribir, que no deja nada que desear y que es muy bonita y nada fatigante. Correos está a cinco pasos de aquí; yo mismo llevo las cartas que dirijo a los grandes cronistas mundanos. Naturalmente, mantengo las relaciones más estrechas con el Fígaro, y para que usted pueda darse cuenta de la paz en que puedo vivir, oiga las dos primeras de mis bromas descabelladas:
   No tome muy en serio el caso Prado. (Yo soy Prado, yo soy también el padre de Prado, me atrevo a añadir que también soy Lesseps...) Quisiera aportar a mis parisinos, que quiero bien, una nueva noción -la del honrado criminal. También soy Chambige -igualmente un honrado criminal.
   Segunda broma: Saludo al inmortal Señor Daudet, que forma parte de los Cuarenta. Astu.
 

lunes, 25 de marzo de 2013

Hojas de hierba




Walt Whitman



El manchado halcón pasa al vuelo, me reprocha mi charla
    y mi demora.

A mí tampoco me han domado, yo también soy intraducible,
Lanzo mi graznido salvaje sobre los tejados del mundo.

El último fulgor del día se detiene a esperarme,
Arroja mi sombra como las otras y no menos fiel que las otras
   sobre la opaca llanura,
Me atrae hacia la niebla y la penumbra.

Me alejo como el aire, agito mis blancos rizos hacia el sol fugitivo,
Vierto mi carne en remolinos y la disperso en jirones de espuma.

Que el lodo sea mi heredero, quiero crecer del pasto que amo;
Si quieres encontrarte conmigo, búscame bajo la suela de tus 
   zapatos.

Apenas comprenderás quién soy yo o qué quiero decir,
Pero he de darte buena salud, y a tu sangre, fuerza y pureza.

Si no me encuentras al principio no te descorazones,
Si no estoy en un lugar me hallarás en otro,
En alguna parte te espero.


Walt Whitman, Hojas de hierba, canto 52. Traducción de Jorge Luis Borges.


Bob Dylan - I shall be released 



martes, 19 de marzo de 2013

Buenos y malos




Albert Camus

Se me ocurrió el otro día que hay muchas dificultades para encontrar gente buena incluso  en la ficción. El matrimonio protagonista de Las nieves del Kilimanjaro es un ejemplo de gente buena, y por eso me gustó la película, porque estoy harta de personajes retorcidos y bandarras. Toda la literatura está plagada de gente que anda por malos caminos. Para encontrar personajes honestos y buenazos hay que mirar con lupa. Supongo que el problema tiene que ver con el hecho de que el bien y el mal están en nosotros, que todos somos capaces de mucho en ambos sentidos. Y un escritor crea sus personajes como reflejos de sí mismo.
No hay muchos modelos ejemplarizantes (para eso ya están las fábulas y los animalitos). Y cuando tropezamos con un personaje plagado de virtudes, sumamente ejemplar y tal, se le toma por idiota, por loco o por cualquier otro desvío.
Dostoievski creó al príncipe Mishkin, bueno hasta la médula y el título del libro fue El príncipe idiota o El idiota. Mishkin es un ingenuo, parece que tan bueno y tan tonto.
Voltaire escribió Cándido o el optimismo. Otro que tal. Como dice su tutor, todo sucede para bien, o también que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Cándido cree que el mundo es una especie de paraíso. Sin embargo su vida se ve envuelta en toda clase de desastres (incluido el terremoto de Lisboa, al que el mismo Voltaire le dedicó un famoso poema), Voltaire lo describe como una víctima del destino. Acaba sus días en Constantinopla pensando que lo mejor es cultivar el propio jardín.
¿Y qué decir de la mejor obra de la literatura española, tal vez de la literatura universal? ¿Qué decir de Alonso Quijano, el caballero de la triste figura, nuestro Quijote? Sin necesidad de compartir la opinión, Nietzsche tachó de cruel a Cervantes por hacer pasar a Don Quijote por tanta burla y hacerle recuperar la lucidez a punto de morir.
A pesar de tanta dificultad de que los buenos sean buenos y no tontos, tengo mis héroes. Son algunos de los personajes de La peste, de Albert Camus. Sin ir más lejos, el doctor Rieux, ese santo laico como alguien lo definió. Ese médico que lucha contra el mal más allá de lo que su profesión le exige. O Tarrou que ayuda a Rieux en su lucha. O Rambert, que cree que la cosa no va con él, que está de paso, pero decide al fin quedarse y ayudar. Estos sí son héroes que en ningún momento pueden calificarse de tontorrones. Estos sí son mis héroes. Y conste que los que he citado anteriormente, también. Que sí, que adoro a Mishkin desde mi más tierna adolescencia.

Georges Brassens - La mauvaise réputation


miércoles, 13 de marzo de 2013

Boyero y Almodóvar



Carlos Boyero

En serio, lo he intentado pero no puedo resistir la tentación de reproducir, con el permiso del señor Boyero (loado sea), la crítica que le hizo al cineasta señor Almodóvar. Me llevó a la risa y me siento totalmente identificada con ella. Añadiría un adjetivo más : hortera, eso es lo que me ha parecido siempre el cine del manchego, no he podido terminar de ver algunas de las pocas películas que he intentado tragarme. Tampoco comprendo el éxito de este cineasta al que alguien llamó el nuevo Fassbinder o el Fassbinder español o algo así. 
He aquí la crítica que no tiene desperdicio:

"Aunque el interés por la obra reciente, o incluso pasada (con algunas excepciones) del creador cinematográfico Pedro Almodóvar sea leve o inexistente, es imposible para alguien que no tenga la voluntad o la suerte de estar absolutamente desconectado de los medios de comunicación, de las noticias, de esa cosa tan pesada llamada realidad, no acumular indeseadas toneladas de información cada vez que el personaje Almodóvar decide que va a parir una nueva criatura, acompañada con la inequívoca sensación por parte del autor de que la historia del cine, de la cultura, del arte, van a enriquecerse gracias a ella. El apabullante sentido del marketing que posee este hombre se encarga de ofrecer exhaustivos datos, pistas, claves, enigmas y revelaciones sobre la naturaleza de la trascendente película que va a engendrar.
Por lo tanto, incluso los profanos tienen puntuales noticias desde el momento en el que Almodóvar empieza a rodar Los amantes pasajeros de que su atormentado espíritu necesitaba retornar a la comedia, ese género liberador al que tanto ama, con el que forjó sus señas de identidad como creador, con la intención de provocar sonrisas y risas entre los espectadores masivamente angustiados ante el estado de las cosas.
Y deduces que aunque sus últimos y cansinos paseos por el amor y la muerte, sus retratos de los entresijos del alma y del lado oscuro, los abrazos rotos, las educaciones degradantes, los desgarrados parloteos con ella, las indeseadas pieles que te ves obligado a habitar, el ser y la nada, la hostia en verso y demás temas profundos le hayan procurado múltiples e internacionales elogios, doctorados honoris causa, reconocimientos académicos y el ingreso en el Olimpo del cine solemne, la taquilla de sus películas está descendiendo, la parroquia ya no es tan fiel y comienza a disgregarse, la gente joven va poco al cine y en cualquier caso no parece flipar con la acreditada modernidad de su obra. La última vez que ha logrado un éxito rotundo en las salas españolas ha sido con la notable tragicomedia Volver. Consecuentemente, se impone el regreso a las raíces, al universo y los mecanismos que domina, al humor entre costumbrista y loco, al reconocible toque Almodóvar (no cometer el desvarío de confundirlo con el toque Lubitsch, pero toquecillo al fin y al cabo), a la irreverencia con estilo, a las innegables virtudes que le hicieron reconocible para el gran público.

viernes, 8 de marzo de 2013

Chabuca Granda







Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Chabuca Granda, la extraordinaria cantante peruana, grande, grande, grande. No importa de qué sea el aniversario, ni siquiera el aniversario, cualquier momento es bueno para recordar a la gente que vale la pena recordar. La música obra milagros en nuestro estado de ánimo. Puede decirse que Chabuca, como tantos otros buenos músicos, ha hecho algo grande por la humanidad.
Esta cantante fue la autora de canciones como Fina estampa y La flor de la canela. Qué buenas canciones y qué buenos momentos nos producen. Aunque sea un momento, vale la pena recordarla oyendo una de sus canciones.




lunes, 4 de marzo de 2013

Las nieves del Kilimanjaro





Hace un par de meses me preguntaron si había visto Las nieves del Kilimanjaro. Contesté que sí, pensando que se referían a la de Henry King, basada en el relato de Hemingway. Pero pronto advertí que no se refería a esa.
-- Es una francesa que tiene el mismo título aunque no tiene nada que ver. Es de cine político.
-- No puedo. El cine político me saca granos.
Pero me insistieron, me dijeron que era político pero con sentimientos, que me gustaría, en fin, que tanto interés vi que decidí verla a pesar de todo mi escepticismo y de las aburridas películas que me tragaba hace tiempo.
La película era de Robert Guédiguian basada en un poema de Víctor Hugo, La pobre gente. El título supongo que aludiría a una canción de Pascal Danel del mismo nombre.
Mi sorpresa fue mayúscula, yo que en el fondo soy una sentimental. Lo que vi fue un tratado sobre la honestidad y las buenas gentes. En el fondo de todo, a pesar de las circunstancias más duras, hay buena gente. Y aunque esto pueda sonar más bien cursi, puedo decir que afortunadamente la vi y no me importaría volver a verla. Ver gente tan íntegra, aunque sólo sea en la ficción, reconforta un montón. Me gusta ver buenos de verdad, de toda la vida, que lo viven  de una forma sencilla y con total naturalidad, me parece aleccionador, ejemplar. Me conmovió profundamente y esta película política y dura, que lo es, me llegó hasta el corazón, me sacó las emociones hasta la lagrimita. Cualquier día la vuelvo a ver.


Pascal Danel - Las nieves de Kilimanjaro