Historias mínimas |
Y tan mínimas, comme il faut. El cine desnudo sobre el paisaje desnudo patagónico. Pura belleza, pura poesía. Adorable Sorín, adorable cine, adorable Patagonia... No la de los turistas, sino la íntima y pura Patagonia. La del viento, la de los escasos y doblegados árboles, la del paisaje del alma... Patagonia, mi Patagonia...
Qué bella, deliciosa, exquisita película. Así se narra, así se cuenta, sin grandilocuencias, así es la vida. El hombre en un entorno inconmensurable. Éstos sí son horizontes lejanos.
Las estrellas y su brillo, el cielo nocturno recamado. Dos cosas sobre todo lo demás, decía Kant: el cielo estrellado sobre mí, la ley moral dentro de mí... ¿hay algo más bello?
El cielo austral, la Cruz del Sur, que guió a los antiguos navegantes, la que cantaron y cantan los poetas, los narradores... La casita sencilla, el leño en la chimenea, unos libros, la noche del sur...
Bruce Chatwin, Paul Theroux que recorrieron, antes de escribir, estos paisajes... ¡Cuántos personajes recorrieron o pudieron recorrer estos lugares! ¿Por qué no imaginar la figura de Alonso Quijano montado en su caballo por estos horizontes? Un gran escenario para un gran caballero.
Y la gente sencilla, el viejito que busca su perro, el viajante de comercio con su tarta y la joven del concurso... Viaje desde Fitz Roy hasta San Julián.
Carlos Sorín: Historias mínimas
Historias mínimas: trailer
Carlos Sorín |
Mi Patagonia |
VIVA RADIO LA COLIFATA |
Gracias por hablar de esta película que tanto me gustó.
ResponderEliminarLa sencillez de lo cotidiano. La hospitalidad de la desértica Patagonia. La dinámica real y a veces imperceptible de la vida. Lo importante transcurre a través de lo pequeño, de lo cotidiano y de lo aparentemente trivial. “Nunca considero un fracaso como un fracaso, sino como una oportunidad de cambiar algo” (frase del libro de Roberto). Solidaridad y compromiso. Esperanza integrada en lo cotidiano. El contraste entre la pequeñez de las historias y la enormidad del horizonte y las distancias. La ternura de los personajes atrapados por su propia búsqueda e ilusiones. Gente común y corriente que habitualmente pasan desapercibidos. La entrañable belleza y profundidad de las “simples” cosas. El viaje y la búsqueda, con un fondo de carga vitalista que hace de esta película un canto a la vida y a la solidaridad. Poesía desde la sencillez más absoluta. Historias “simples”, ínfimas, anónimas. Personalmente siempre me han atraído las historias de la gente anónima que vive su vida con sencillez, que se identifica con el momento presente, con el aquí y ahora, sin grandes pretensiones a no ser que sea el hecho de estar viviendo.
Un canto a la esperanza de cómo en las cosas pequeñas, en lo cotidiano, podemos encontrar el significado de nuestra vida. Ingrediente: la ilusión. La sencillez frente a la competitividad de esta sociedad más preocupada por las apariencias y el beneficio económico que por valores como la solidaridad, la honestidad, la ética personal, lo auténtico. El ser frente al tener. La vida que fluye. Los héroes anónimos. Excelente película.
ResponderEliminarCARLOS SORIN: “La película del rey”, “Historias mínimas”, “Bombón el perro”, “La ventana”.
ResponderEliminarJUAN JOSÉ CAMPANELLA: “El mismo amor, la misma lluvia”, “El hijo de la novia”, “Luna de Avellaneda”, “El secreto de sus ojos”.
ADOLFO ARISTARAIN: “Un lugar en el mundo”, “Lugares comunes”.
ALEJANDRO DORIA: “Esperando la carroza”.
DANIEL BURMAN: “Todas las azafatas van al cielo”, “El abrazo partido”.
MARCELO PIÑEYRO. “Kamchatka”.
Y tantos otros de nuestro cine argentino……..
IMPRESCINDIBLES.