martes, 19 de octubre de 2010

Instrucciones para cruzar un paso de cebra en París.

Isadora Duncan
Cebrita













                                                    
No se confíe porque no resulta nada fácil. Primero, porque nunca se acaba de entender qué diantre significan esas rayitas blancas pintadas en el suelo, que acá llamamos cebra y que da ventaja al peatón. Allá se apelotonan los transeúntes en el borde de la acera y los autos, veloces, ni se inmutan.
Ponga cara de lástima, finja un malestar transitorio, una lipotimia… no le servirá de nada porque no lo verán.
Haga todo el acopio de arrojo y valor del que sea posible. Adéntrese dos pasos sobre las rayitas. Verá que los autos pasan por usted casi rozándolo, pero eso no parece molestarlos, porque ellos no ven o fingen no ver. Mírelos fijamente con mirada penetrante. Póngase con los brazos en jarras en la posición tres cuartos. No se desanime, aún no es suficiente. Si usted está mirando hacia ellos, levante su brazo derecho arriba y abajo como si pidiera auxilio. Insista, no desespere. Levante también el otro brazo y con los dos haga una especie de danza al sol, pero sin dejar de mirarlos fija e insistentemente, resulta tan difícil como inevitable. ¿Ha visto la danza según Isadora Duncan? Pues tal que así.
Puede que aún no se hayan percatado de su presencia porque lo que tienen los parisinos, dentro de sus autos y fuera de ellos, es que van completamente a la suya. Podría haber un cataclismo universal, la caída de un elefante en mitad de la cebrita, que ellos seguirían, impertérritos, su camino.
Por eso no se desanime y siga sus pautas. Usted sigue con sus brazos en lo alto. Adelante el pie derecho un pasito, aunque le reporte una posición difícil y cómica. No le importe, siga con sus convicciones. Luego un pasito el izquierdo y, tras una brevísima pausa en la que usted ha quedado como si fuera a banderillear un toro, en un preciso instante de suma y valiente decisión, realiza un rapidísimo adelantamiento de su pie derecho. ¿Ha visto usted torear a José Tomás? Pues así, tal cual. Procure ser muy preciso en este atrevido movimiento y, al mismo tiempo, respire profundamente y meta su pecho y su vientre. Es seguro que el próximo auto parará o lo llevará directamente al hospital.

Para Julio, con amor y devoción. La Coli.

1 comentario:

  1. Lo primero y principal enhorabuena por tu post, Cortázar en estado puro.
    Es verdad que los parisinos parecen no ver los pasos de cebra. Pero hay que entender a los pobrecitos conductores… Para empezar ni siquiera está claro el término. Por un lado se llama “passage clouté” que viene de cuando había grandes clavos plantados en la calzada.
    Era una solución práctica cuando las calzadas estaban cubiertas de adoquines. Se parecían a grandes clavos de tapiceros, o chinchetas grandes (boca abajo, claro). Con la llegada del asfalto (en Paris después del mayo del 68) se cambiaron los clavos por las rayas pintadas , y entonces pasó a llamarse "passage pour piétons" e incluso "passage protégé". O puede que no sea por la confusión de los términos y no paren en los pasos de cebra porque les parezca que esas rayitas blancas son en realidad códigos de barras y tienen que pasar obligatoriamente como si acabaran de hacer la compra.
    El caso es que la cosa cambia según la perspectiva de cada uno. Para el conductor el paso de cebra es como una porción de carretera por la que cruzan los peatones y para el peatón es como una porción de acera por la que cruzan coches.
    No hemos de olvidar que los pobres conductores sufren el estrés de las grandes ciudades y que el peatón también tiene sus obligaciones, como por ejemplo leerse el manual de tráfico peatonal de para qué sirve el paso de cebra:
    1. Se pintarán unas líneas de gran anchura, dispuestas en bandas paralelas al eje de la calzada y formando un conjunto transversal a la misma.
    2. La anchura del paso podrá ser variable en función de la intensidad de paso de peatones pero no tendrá una anchura inferior a 4 metros
    3. El color puede ser variable pero se preferirán el blanco y el amarillo evitando los tonos escandalosos o de mal gusto (el lila y los floreados quedan prohibidos)
    4. Se puede poner semáforo en los pasos de cebra. Si hay semáforo se seguirán sus indicaciones; si no lo hay tendrá prioridad para cruzar el primero que llegue (si llegan a la vez vehículo y peatón, que Dios reparta suerte)
    5. Queda prohibido parase a charlar, merendar, traficar con droga o armas o hacer el amor en los pasos de cebra. Los peatones pasarán rapidito y nunca dedicarán gestos despectivos o "toreros" a los conductores de los vehículos según se pasa. Los conductores, a su vez, tienen prohibido acelerar en punto muerto o meter miedo con falsas salidas a los peatones que se encuentran cruzando en esos momentos.
    6. Si está presente un agente de la autoridad, sus órdenes tienen prioridad sobre lo que diga el semáforo. El policía puede hacer detenerse a los coches donde quiera y dejar pasar a los peatones por donde considere oportuno. Si dice que los peatones pasen por tal o cual sitio, aquel lugar deberá ser considerado, a todos los efectos, un paso de peatones (aunque no tenga rayas ni nada).

    Mientras unos y otros se ponen de acuerdo siempre nos queda el humor…….

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