jueves, 16 de septiembre de 2010

Verano escatológico

Además de largo y cálido, el verano ha sido escatológico. Cuando empezó ya prometía, ya. ¿Habrá quien desconozca el notición del verano? Pues sí, me refiero a lo que ya os estáis imaginando, al affaire Salinger, que no es otro que el retrete Salinger. Ni siquiera la desagradecida hija, que sacó a la luz lo más íntimo del escondido y misterioso escritor, superó a la pájara de su viuda, que ha sacado a subasta el trono de Salinger, ese lugar que no se comparte con nadie y en el que se pasa gran parte de la vida sobrellevando el peso de la soledad. Ahí uno se enfrenta a sí mismo y a sus circunstancias, incluso a las más adversas y perversas. Y ese trono íntimo sale por un millón de dólares
Si tuviera ese dinero, claro que me lo compraría. Lo haría traer desde aquel lejano y extraño país con sumo cuidado, talmente como trajeron los "Sorolla". Una vez en mi casa, llamaría a los mejores artesanos para que me lo instalaran y, una vez instalado, me sentaría y pasaría largos periodos enmimismada, haciendo largas meditaciones. Y cuando me levantara habría parido al mismísimo Holden Caulfield, hecho que daría sentido a toda mi vida.
Pero he hecho recuento de todos mis bienes. He mirado y remirado bolsos y bolsillos, incluso mi escondida hucha y tengo que deciros que no me llega: no tengo pasta, no tengo más remedio que resignarme con la copia.
No duermo. Me levanto muy pronto y empiezo una carrera desesperada por todas las tiendas de la ciudad buscando una copia lo más perfecta de la Forma original. Igual no me sale un Holden de Park Avenue y tengo que resignarme con un Johnatan de la Rambleta, pero algo es algo, porque puede ser peor: si me alejo demasiado del original, me arriesgo a parir un asesino en serie o un terrorista.
Ya veis queridos como está el asunto. Desde los tiempos de Duchamp no se había visto algo parecido. Pero entre Duchamp y Salinger hay alguna diferencia. El primero compró un urinario de serie (por tanto le era ajeno), lo firmó como R. Mutt, lo llamó Fontaine,  lo mandó a la exposición y puso el arte patas arriba .
Sin embargo el de Salinger ha visto mucho Salinger, demasiado Salinger en su mismidad. Vamos, que es otra cosa.


Crowded House: Don't dream it's over  


Salinger: Trono
Duchamp: Fontaine





2 comentarios:

  1. El caso es que esto es realmente curioso. ¿Cómo puede asegurar su viuda que es el auténtico? Porque una duda me corroe ¿cómo un escritor tan misterioso podía tener un w.c. sin tapa?...y sin asiento que le resguarde de la fría piedra. Y lo más curioso es que parece ser que lo venden sucio, tal como lo sacaron de su casa. Ah ya caigo! será que a los restos le han hecho el adn y por eso están tan seguros de su autenticidad como para pagar un millón de dólares…….

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  2. Cuando he leído que el verano ha sido escatológico, creía que ibas a hablar de la cagada de la British Petroleum en el golfo de Mexico y tantas otras…
    Pero es por un retrete ¿otra vez?… y ¡¿se vende por un millón de dólares?!. ¿Alguien lo habrá comprado?¿Para que mierdas será?... Ay, perdón.
    El propio Salenger, en sus devaneos religiosos fue un estudioso de la escatología hinduista. Y en la acepción fisiológica del término, practicó regularmente la orinoterapia, hábito que tiene muchos detractores, pero mira tú: vivió con salud hasta los 91 años.
    En fin, que yo me hubiera quedado, por 14.740 dólares, el retrete de John Lennon que salió a subasta días más tarde… y tampoco.
    Escatológico ha sido el verano, cierto, pero tú sigue contándonos cosas, divirtiéndote y divirtiéndonos.

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