sábado, 30 de octubre de 2010

Johnny Guitar




"Miénteme: dime que me has esperado todos estos años"


Ésta no es una peli buena para la risa. Es buena para el cine y para la emoción. Son dos chicos duros Vienna y Johnny. Las emociones a flor de piel, todo el tiempo pugnando por estallar la gran pasión, el gran amor que se profesan.  Mmmmm...  Dímelo a mí, Johnny, yo no te miento cuando te digo que te he esperado todo este tiempo... Tan duro y tan romántico...



Fragmento de la película 


Peggy Lee: Johnny Guitar 



Nicholas Ray
Sterling Hayden

domingo, 24 de octubre de 2010

Le pied dans le jardin




Giverny. Nunca había estado en Giverny a pesar de mis enormes deseos. Pero esta vez no podía fallar después de haber visto tanto impresionismo. Especialmente Monet (Monet y la abstracción), 4 veces 4, y entrar en trance chaque fois.
Por tanto llevaba yo un recogimiento especial en la maison de Monet. Este recogimiento se fue disipando poco a poco. El jardín de Monet es una especie de jardín del Edén pero en lleno llenísimo, hasta los topes, gentes (diría muchedumbre o masa), cámaras, una persona detrás de una cámara, a veces dos cámaras delante de una persona. Y todas las personas guiadas por sus cámaras y todas las cámaras disparando.
Yo misma al cabo de una hora ya había hecho unas doscientas fotografías y ya me salían los nenúfares by the eyes. Estaba harta de gente, de colas y hasta de los mismísimos nenúfares. Además después de varias vueltas al jardín ya reconocía los nenúfares y me decía:
-- A éste ya lo he fotografiado antes, lo reconozco.
Y me senté en un rinconcito y por aquello de la compulsión empecé a fotografiarme los pies. Bueno y por el colorido de mis calcetines, porque llevaba un color para chaque jour y aquel día eran especialmente bonitos y hacían juego con el entorno. Y también porque estaba en el jardín de las plantas y los pies tienen plantas, el jardín de las plantas, las plantas de los pies.
Y en mi banco también hacía meditaciones sobre los pobres nenúfares que recibían tantas fotos, puede que les pase como a mí que no me gusta que me fotografíen. Si pudieran hablar pedirían ansiolíticos, gritarían que no pueden más. Porque una cosa es que los pinte sosegadamente un solo monsieur avec tranquillité, y otra es la batalla campal que tienen que soportar los pobres cada día, que también son seres vivos, caramba, y por ellos no se preocupan los de los animalitos. 
Y recordé al pintor que los creó y recreó. Monet se inventó el paisaje y se lo acercó a su maison. Lo fue pintando una y otra vez dejándose impresionar por la luz y el color. Luego se fue haciendo mayor, se quedó casi ciego, prescindió del paisaje y nació la abstracción. Y siguió pintando con obstinación, buscando la luz y el color de su jardín mental. Y acudieron jóvenes de otros lugares  a pintar a partir del maestro. Algunos se quedaron a vivir en la zona.
Y en medio de estas meditaciones deseé que mi guía pasara por allí y me diera un masajito en los pies, pero sin calcetines que mola más.





Joan Baez y Donovan: Colours 






martes, 19 de octubre de 2010

Instrucciones para cruzar un paso de cebra en París.

Isadora Duncan
Cebrita













                                                    
No se confíe porque no resulta nada fácil. Primero, porque nunca se acaba de entender qué diantre significan esas rayitas blancas pintadas en el suelo, que acá llamamos cebra y que da ventaja al peatón. Allá se apelotonan los transeúntes en el borde de la acera y los autos, veloces, ni se inmutan.
Ponga cara de lástima, finja un malestar transitorio, una lipotimia… no le servirá de nada porque no lo verán.
Haga todo el acopio de arrojo y valor del que sea posible. Adéntrese dos pasos sobre las rayitas. Verá que los autos pasan por usted casi rozándolo, pero eso no parece molestarlos, porque ellos no ven o fingen no ver. Mírelos fijamente con mirada penetrante. Póngase con los brazos en jarras en la posición tres cuartos. No se desanime, aún no es suficiente. Si usted está mirando hacia ellos, levante su brazo derecho arriba y abajo como si pidiera auxilio. Insista, no desespere. Levante también el otro brazo y con los dos haga una especie de danza al sol, pero sin dejar de mirarlos fija e insistentemente, resulta tan difícil como inevitable. ¿Ha visto la danza según Isadora Duncan? Pues tal que así.
Puede que aún no se hayan percatado de su presencia porque lo que tienen los parisinos, dentro de sus autos y fuera de ellos, es que van completamente a la suya. Podría haber un cataclismo universal, la caída de un elefante en mitad de la cebrita, que ellos seguirían, impertérritos, su camino.
Por eso no se desanime y siga sus pautas. Usted sigue con sus brazos en lo alto. Adelante el pie derecho un pasito, aunque le reporte una posición difícil y cómica. No le importe, siga con sus convicciones. Luego un pasito el izquierdo y, tras una brevísima pausa en la que usted ha quedado como si fuera a banderillear un toro, en un preciso instante de suma y valiente decisión, realiza un rapidísimo adelantamiento de su pie derecho. ¿Ha visto usted torear a José Tomás? Pues así, tal cual. Procure ser muy preciso en este atrevido movimiento y, al mismo tiempo, respire profundamente y meta su pecho y su vientre. Es seguro que el próximo auto parará o lo llevará directamente al hospital.

Para Julio, con amor y devoción. La Coli.

sábado, 16 de octubre de 2010

¿Qué tal Pussycat?




 Una película bastante loca, irregular y con algunas escenas buenas para la risa. Peter Sellers es un psiquiatra que necesita otro psiquiatra. Woody Allen ya empezaba a dar muestras de su ingenio (hasta donde lo dejaron). Muy agradable la música a pesar de Tom Jones.
No sé por qué me ha venido al cap, pero ahí va una pequeña muestra de esta olvidada película.


¿Qué tal Pussycat?- fragmento de la peli.


Tom Jones: ¿Qué tal Pussycat?

martes, 12 de octubre de 2010

Hablando claro




  Es que cada vez me conciencio más de que hay que hablar claro porque tenemos muchos problemas por no hacerlo. Sin ir más lejos el otro día dije "sus partes". Vaya con el término, ¡es tan equívoco...! Sus partes son los pies, las orejas los ojos, etc. Es que entre el emisor y el receptor ¡hay tanto intermediario! De modo que es necesario hablar claro incluso para la vida. Que no le pase a nadie como a un conocido mío que ha estado en mucho peligro por el pudor de su cuñada. Ésta fue al médico para decirle que tenía que visitar a su cuñado que se encontraba muy mal porque tenía un problema en esa parte. Pero no le salía el nombre fino y le dijo al médico con mucho rubor que su cuñado tenía un problema en un botón. El médico la miró flipando, pensando que con él no iba la cosa. Mientras lo pensaba, miraba y repasaba los botones de su camisa. "Qué peculiar", pensaba.
-- Bueno, pues no sé qué decirle señora.
La mujer se echó a llorar y le dijo: 
-- Es que aquí llamamos botón a eso de los hombres.
Y entonces al médico le vino una iluminación súbita y lo captó, pero fue mayormente por el llanto más que por el léxico.
Así que si uno no se acuerda, por los nervios, de la palabra "testículos", pues dice "cojones" que lo entiende todo el mundo (incluso un médico) y además salva una vida.
Y, por el contrario, otra señora fue al médico y le espetó que le dolía el pene. El médico, flipadísimo, dijo que no la entendía. La mujer repetía lo mismo:
-- Doctor, me duele el pene, y se señalaba el pie.
El médico no decía nada y ni siquiera podía reírse de lo alucinado que estaba. Hasta que captó que la mujer quería decir el empeine. Procuró (ella que era de pueblo de siempre) aprenderse una palabra en finolis para quedar bien con el médico. Ante eso, es mejor de toda la vida decir "pie" que es más sencillo y no das motivo a la confusión, que nadie tiene que saber si eres un travesti o no.


Alaska y Dinarama: Ni tú ni nadie 

jueves, 7 de octubre de 2010

Mi pequeño saltamontes.




 El director (y creo que dueño) de mi hotel no es guapo, pero tiene un punto. No le gusta a todo el mundo, pero yo tengo gustos a veces un poco extraños. Ese algo que tiene no sé de dónde le viene,  porque eso o se tiene o no se tiene, es tan irracional, tan visceral, tan...sexy. La forma y el movimiento de las manos, el timbre de la voz... Me gusta hablar con él, me gusta su voz grave, su lentitud cuando habla, sus pausas, todo eso me atrae y le debo parecer tontaina porque hablo con él de cualquier chorrada. Le digo cualquier tontería sobre la habitación o sobre la calle, sobre el tráfico, el tiempo, etc... es que me importa un bledo el tema de conversación, qué más da, me gusta que hable, sólo que hable... aunque normalmente no me entero de lo que me dice, pero me gusta que me diga algo, tampoco quiero más. A veces bajo al vestíbulo sólo para verlo. Me siento y para disimular hago como que leo un periódico. Pero como mejor lo espío es con mis gafas macarras, que tienen espejito y puedes mirar sin que se enteren. Y me digo:
-- A mí éste me recuerda a alguien.
Y no consigo recordar, eso que yo no olvido una cara.
Hasta que por fin un día, en el curso de una sesión de espionaje me vino el parecido. Se trataba de un actor que murió en  extrañas circunstancias, en más que muy extrañas circunstancias. ¿Cómo se llamaba? Pongamos que no me acuerdo. Pero murió a causa del placer, pero no la petite mort, no, sino la grande, del todo. Es decir, que murió de gusto pero a lo bestia.
Se ató una cuerda a sus partes, al cuello y a un armario, no sé si también se ató las manos, pero lo cierto es que se le fueron y la palmó.
Lo que hay que ver... Unos salen del armario, otros entran, pero ¡mira que montárselo con el armario! No me hubiera imaginado en la vida que se pudiera ser tan bruto en esto del erotismo. Y tan raro, porque te vas enterando de muchas cosas y te dices: es increíble... pero, vamos, con un armario... Por lo menos hay que reconocer que imaginación ya requiere este proceder, ya.
El director tiene una habitación en el hotel. De vez en cuando desaparece y tarda mucho en aparecer. Bien es cierto que el hotel es tranquilo, pero no veo yo muy normales esas escapaditas. Y me pongo a pensar que igual está haciendo lo mismo que su facsímil, pero con mejor tino, porque volver vuelve. Y le doy al morbo, y me pregunto qué hará en su habitación, igual sólo va al trono, pero creo yo que para esas lides, tarda demasiado.
Cuánto añoro los viejos tiempos de las grandes llaves que requerían grandes cerraduras, por las que el ojo humano podía ver y admirarse de lo extrañas que somos las personas cuando estamos en la intimidad.
¿Dónde he estado yo todo este tiempo que me he perdido estas extrañas sabidurías?









lunes, 4 de octubre de 2010

Rayuela: Capítulo 7

Rodin: El beso



"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".

"Y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua"

Voz de Cortázar que lee el capítulo 

E. Munch: El beso

sábado, 2 de octubre de 2010

Con faldas y a lo loco








Con ocasión de la muerte de Toni Curtis, no puedo resistir la tentación de mencionar una de las mejores películas de la historia del cine, si no la mejor, al menos para mí. Buena por el talento con el que está hecha (viva Billy Wilder y la madre que lo parió), por los actores que participaron, tres grandes, Monroe, Curtis, Lemmon. Para mí el mejor Lemmon, con mucha diferencia, cada vez que veo la peli se me van los ojos detrás de su cara, genial, genial, cómo se puede ser tan bueno... También los secundarios.
Qué prodigio tiene está peli que consigue siempre hacerme pasar tan buenos momentos...
Y no pueden despreciarse sus propiedades terapéuticas. Si uno está de "pájara", si tiene un bajón, se pone la peli y a funcionar porque tiene el poder "recargapilas".
Qué envidia tan grande sentiría por aquel que no la hubiera visto todavía y estuviera a punto de hacerlo.
Vámonos al cine y veamos la película... 


Con faldas y a lo loco 

Marilyn: I wanna be loved by you